Verano en modo WiFi

Woonie Lee

(Viviana Rodriguez)

Cr: queverentusviajes.com

Todo comenzó con una notificación.

"¡Felicidades! Has sido seleccionado para participar en el Reto de Verano Sin WiFi en el corazón de Seúl."

Minji no recordaba haber participado en ningún concurso, pero estaba tan aburrida de sus vacaciones que aceptó sin pensar. Al día siguiente, tres cosas ocurrieron: su teléfono se apagó misteriosamente; su mejor amiga Jisoo apareció en su puerta con una mochila y cara de pánico; y una furgoneta blanca con el logo de un router con alas se detuvo frente a su casa.

—¿Qué es esto? —preguntó Minji, mirando al conductor.

—Campamento urbano. Sin WiFi, sin datos, sin TikTok. Bienvenida al infierno.

El "campamento" resultó ser un extraño juego por equipos. Ocho adolescentes, divididos en parejas, debían completar retos en distintos rincones de Seúl durante cinco días. Sin tecnología, sin mapas digitales y, lo peor de todo, sin memes.

Su primera misión fue encontrar la cafetería más antigua de la ciudad, usando únicamente pistas escritas en un sobre. Minji y Jisoo vagaron durante horas, preguntando a ancianos que los miraban como si fueran extraterrestres.

—Creo que este reto fue diseñado por alguien que odia la generación Z. —murmuró Jisoo, sudando bajo el sol.

—Y probablemente tenga un fax en casa. —añadió Minji.

Tras varias horas, llegaron a la cafetería, que parecía sacada de un dorama de los años 80. Les dieron su segundo reto: recrear una escena de un drama coreano clásico, con disfraces incluidos.

Jisoo terminó disfrazado de CEO arrogante con un traje dos tallas más grande, y Minji de chica pobre, pero de buen corazón. La escena incluía una lluvia imaginaria, una confesión dramática y una caída accidental al suelo. Lo hicieron frente a un grupo de turistas que no entendían nada, pero aplaudieron con entusiasmo.

—Lo peor es que creo que lo hicimos bien. —admitió Jisoo, mientras les entregaban su siguiente pista.

El segundo día fue una locura. Les tocó buscar una antigua tienda de videojuegos escondida en un callejón de Hongdae y convencer al dueño de que les dejara jugar una partida de Dance Dance Revolution. El hombre solo accedió cuando Jisoo le ofreció una galleta de arroz que había sobrado del almuerzo. Jisoo bailaba como si su vida dependiera de ello. Minji, en cambio, parecía una marioneta descoordinada.

—¿Estás bien? —le gritó él entre pasos.

—Mi dignidad acaba de irse a Busan. —jadeó ella.

El tercer día fue el más raro: tenían que conseguir la firma de una celebridad local sin usar redes sociales. Pasaron horas rondando cafés donde supuestamente los famosos se escondían. Terminaron encontrando a un idol semi-retirado en un parque, alimentando palomas.

—¿Una firma? —dijo él, sorprendido—. Solo si me ganan en una partida de piedra, papel o tijeras.

Perdieron cinco veces. Pero Minji notó que él siempre elegía tijera. A la sexta, ella eligió piedra.

—Estrategia nivel Dios. —dijo Jisoo, mientras el idol firmaba con resignación en la libreta del reto.

En el cuarto día, los retos se volvieron más personales. Tuvieron que hacer un acto de bondad al azar. Minji ayudó a una anciana a cargar bolsas del mercado. Jisoo consoló a un niño que había perdido su helado. Y luego, debían escribir una carta a una persona importante en sus vidas... y leerla en voz alta.

Minji leyó la suya frente a Jisoo. Era para su abuela, que solía llevarla a pasear por los mismos lugares que estaban recorriendo ahora.

—Nunca pensé que escribir una carta me haría llorar. —dijo ella, sonándose con una servilleta de kimbap.

—Yo tampoco. Aunque en mi caso fue por alergia a las flores. —mintió Jisoo, visiblemente conmovida.

El último día, el reto final era simple: hacer algo espontáneo y divertido, y convencer a alguien más de unirse.

Minji y Jisoo comenzaron un concurso improvisado de baile en la Plaza Gwanghwamun. Al principio, la gente los miraba raro. Pero luego, un grupo de turistas se unió. Después, unos niños. Incluso un señor con traje dejó su maletín y dio unos pasos torpes.

Cuando terminó, ambos estaban sudados, riendo sin parar, y sin notar que un dron los grababa desde arriba.

Esa noche, recibieron una notificación en sus teléfonos, que por fin volvieron a funcionar: "¡Felicidades! Han completado el Reto de Verano Sin WiFi. Sus aventuras serán compartidas en nuestra serie web 'Desconectados en Seúl'. Ganaron el premio al equipo más divertido."

—¿Serie web? —preguntó Minji—. ¿Tú firmaste algo?

—Solo esa carta a mi mamá. ¿Eso cuenta?

Ambos se miraron. Luego se echaron a reír.

—Supongo que si alguien va a vernos haciendo el ridículo, mejor que sea todo Internet —dijo ella—. Pero no lo cambiaría por nada.

—Fue el verano más divertido de todos. —respondió Jisoo.

Y aunque sus teléfonos estaban de vuelta, decidieron guardarlos. Solo por una tarde más.

Cr: colombianabroad.com