Soldados caídos en la guerra de Corea: una conmemoración abierta
- Hallyu Colombia
- 14 jun
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Por: Stefanie Coronado Muñoz

La guerra de Corea fue más que una batalla de territorio, de política o de poder, fue una guerra de honor. Muchas personas, involucradas o no, fueron parte de las cifras de muertos en combate y fuera de ellos, las bajas extranjeras, a favor o en contra, dan muestra de una lucha por la vida misma y por las demás personas, en este blog hablaremos de aquellos no pudieron hacerlo por sí mismos.
Era Corea en junio del año de 1950, dónde un desacuerdo en el factor político llevó a que desembocará en una guerra. En ese momento, dónde nadie preguntó y nadie decidió, solo se hizo el comunicado anunciando qué todos los hombres serían enlistados, dejando atrás familias, amigos e intereses, y logró así que millones de coreanos estuvieran en el frente. La guerra llegó a necesitar personas de otros lugares, provenientes de distintos países. Ahí estaban ellos, unos desconocidos participando en una guerra que nos les correspondía, pero que igualmente, cada uno de ellos apoyaron con valentía y fuerza, aprendieron técnicas, estrategias, idioma y se convirtieron en un amigo en medio de tantas muertes.

Después de la guerra, se estimó un listado rápido de las bajas en ese momento: años que dejaron más de 337,000 militares y 373,500 civiles, para un total de 710,500 personas que perdieron la vida en la lucha por Corea del Sur.
Por parte de Estados Unidos, uno de los países que dio más apoyo y aportó solidaridad para los surcoreanos, sufrieron pérdidas que terminaron con 54,247 fallecidos, de los cuales 33,629 fueron en combate, 103,284 heridos y 2,714 aviones destruidos.
Por parte de la ONU, 3,000 soldados murieron en la guerra, con personas provenientes de 15 naciones aliadas. Lamentablemente, entre las muertes registradas que se tienen en la actualidad alrededor de este hecho, sufrieron ambos bandos de la guerra, lo que dejó en su paso desolación y dolor por todas las vidas pérdidas.
Al final, se estima que 736,000 militares fallecieron, siendo 400,000 soldados chinos. Además, dejó entre 2 y 3 millones de civiles fallecidos, siendo la parte más inocente y la que sufrió las mayores consecuencias de esta lucha. Asimismo, más de 600 mil personas desaparecieron.

Aquella fue la guerra con más muertes y más sangrienta en ese momento. Estas fueron cifras destinadas a llevarle al mundo la devastación de la guerra, ya que cada número representa una persona que nació, vivió, amó y soñó; almas que fueron hijos, hermanos, hermanos, padres, madres, y cuyas respiraciones fueron arrebatadas.
Con esto, al final de la guerra activa llegó por la firma del armisticio, un 27 de julio de 1953, y que dio como resultado una paz definitiva que aún no se ha llevado a cabo, manteniendo en suspenso a la guerra aún no ha terminado.
Luego de la guerra y la destrucción, en medio de la división, las coreas trataron de restablecerse como pudieron y con ayuda de los países aliados correspondientes.
De esta forma, para no olvidar cada vida, es como el 6 de junio se rememora el día de Conmemoración del Soldado Caído, por aquellos que lucharon y murieron en la guerra de Corea, y luego más adelante, en la guerra de Vietnam, dónde tropas de Corea del Sur fueron a apoyar.
Así, cada año se toma el día para dar un momento de silencio, en el que las condolencias y el dolor por la memoria de las pérdidas de la guerra se oyen en medio del silencio desolador. Se hacen visitas al cementerio y se realizan actos conmemorativos, en las que escuelas recuerdan a los soldados durante días antes del 6 de junio, enfocando sus perspectivas en la lucha, y entrega por su país, rememorando con fotografías y videos recreados para su conocimiento, y aprender de su historia.
La memoria también se trae por medio de monumentos, en los que abuelos, tíos, padres y familiares que fueron alcanzados por las bombas o alguna arma, fueron registrados en murales y estatuas. Algunos se reúnen para hablar acerca de cómo veían aviones pasar por sus casas y de pronto escuchaban las explosiones. Hablan de aquellos días en los que tuvieron que salir sin nada, dejando sus hogares atrás, con destinos a lugares que no conocían para evitar separar a sus familias. Muchos que lograron salir de Corea del Norte hacia el sur recuerdan a sus familiares que quedaron atrás y que hasta el día de hoy, no saben a ciencia cierta qué pasó con ellos.
El registro de personas que no fueron reclamadas o cuyas identidades desconocían (o si eran del norte o del sur, o de algún país aliado), se mantiene en el ayuntamiento y cada año se hacen campañas para poder esclarecer los datos de las personas desaparecidas.

Aún, con el dolor de la guerra en la piel de los abuelos y sus descendientes, los coreanos piden que esto acabe definitivamente y que las futuras generaciones no pasen por los momentos desgarradores que tuvieron que vivir y las consecuencias que tuvieron que padecer después. Ellos, que mantienen la memoria de su nación, se muestran agradecidos por los países que fueron a ayudarlos.
Poco a poco, Corea del Sur tomó un nuevo respiro, como el ave fénix que renace de las cenizas, gracias a los soldados de la guerra el país se levantó de forma casi milagrosa. Hoy, aunque siguen en guerra, todos viven con la esperanza de que la Guerra de Corea termine oficialmente en buenos términos y sean aliados, para volver a ver juntas a familias separadas y reconstruir en medio del dolor de la historia compartida.
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