La cita perfecta (Relato)
- Hallyu Colombia
- 26 feb
- 2 Min. de lectura
Por: Viviana Rodríguez Castro

La noche era perfecta. El cielo estaba cubierto de estrellas, la luna llena iluminaba el camino que conducía al restaurante. Ana se sintió emocionada y nerviosa al mismo tiempo, mientras se preparaba para su primera cita con Carlos.
Se había pasado horas eligiendo el vestido perfecto, finalmente se había decidido por un modelo sencillo pero elegante de color negro. Peinó su cabello con suaves ondas y se maquilló con un toque natural. Al verse en el espejo, se sentía hermosa y segura de sí misma.
Cuando llegó al restaurante, Carlos ya estaba allí, esperándola con una sonrisa en el rostro.
Ana se sintió atraída por su mirada cálida y su presencia segura. Se saludaron con un beso en la mejilla, a Ana le pareció que conocía a Carlos de toda la vida.
El restaurante era un lugar acogedor y elegante, con mesas dispuestas en una sala amplia bien iluminada. El olor a comida deliciosa llenaba el aire, que antojó a Ana hasta experimentar hambre de repente.
Carlos la llevó a su mesa, se sentaron juntos. La cena fue una experiencia culinaria exquisita, con platos deliciosos y vinos selectos. Pero lo que realmente hizo que la noche fuera inolvidable fue la conversación.
Carlos y Ana hablaron sobre todo y nada, compartiendo risas y secretos, descubriendo que tenían mucho en común. Hablaron sobre sus pasatiempos, intereses y sueños. Ana sintió como si hubiera encontrado un amigo verdadero.
Después de la cena, Carlos sugirió dar un paseo por la playa. Ana aceptó, juntos se dirigieron hacia la orilla del mar. La noche era cálida y tranquila, el sonido de las olas era como música para sus oídos.
Mientras caminaban, Carlos tomó la mano de Ana, ella sintió como si hubiera encontrado su hogar. La sensación fue intensa y emocionante, Ana supo en ese momento que quería pasar más tiempo con Carlos.
La playa estaba desierta, excepto por algunas parejas que paseaban por la orilla del mar. La luna llena iluminaba el camino, era como un sueño para Ana.
Caminaron en silencio durante un rato, disfrutando del paisaje y de la compañía mutua. Luego, Carlos se detuvo y se volvió hacia Ana.

—Me encanta estar contigo— dijo, mirándola a los ojos. —Me siento como si hubiera encontrado a alguien especial.
Ana se sintió conmovida por sus palabras y supo que sentía lo mismo. —A mí también me encanta estar contigo— dijo, sonriendo.
La noche terminó con un beso bajo la luz de la luna. Fue un beso suave y tierno, pero lleno de pasión que lleva a la emoción. Ana se sintió como si hubiera encontrado su alma gemela, era imposible no pensar que nunca olvidaría esa noche.
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