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¿Beneficios o presión social?: La estrategia del gobierno surcoreano para aumentar el matrimonio y la natalidad

  Por: Daniela Posada Asprilla


Corea del Sur intenta revertir su crisis de natalidad con subsidios y apps de citas: ¿Apoyo genuino o presión social sobre mujeres y jóvenes?


Cr: BBC NEWS
Cr: BBC NEWS

Corea del Sur enfrenta una crisis demográfica alarmante: por casi una década ha registrado una de las tasas de natalidad más bajas del mundo -teniendo su pico en 2023–, sumándole al hecho de que muchas surcoreanas rechazan el matrimonio por razones económicas, sociales y de género. Actualmente esta tendencia ha mejorado gracias a que el gobierno surcoreano ha comenzado a implementar programas innovadores —algunos de ellos muy polémicos— para revertir esta situación; desde subsidios hasta aplicaciones de citas orientadas al matrimonio, que ponen en duda hasta dónde estas estrategias representan un apoyo real, y en qué momento pueden sentirse como presión social.


La caída libre de la tasa de natalidad

Durante 9 años ha estado en descenso el nacimiento de niños en Corea del Sur; alcanzando su punto más crítico en 2023 con un 0,65 y 0,72 de hijos por mujer, lo que indica que muy pocas mujeres tienen hijos y la mayoría no tiene ninguno. Anteriormente nacían un millón de niños al año, este número cayó en picada a 230.000 niños nacidos en 2024, lo que demuestra la profunda crisis demográfica que atraviesa el país. (Ahn Tae-ho, 2024). Esto trae diversas consecuencias, entre ellas que las carreras médicas como la pediatría han tenido el menor número de ingresos: 17,6 % en 2023 que aumentó a 26,2 % en 2024 (Dong In Suh, 2024), pese a este incremento Corea del sur presenta una escasez de profesionales en esta especialidad sobre todo en áreas no metropolitanas y algunas directamente ya no cuentan con personal, creando presión en el sistema sanitario.


Por otra parte, se ha disminuido visiblemente la presencia de niños en espacios públicos como lo son las guarderías, los parques y jardines infantiles que cierran por falta de asistencia; lo que ha encendido las alarmas del gobierno y motivado nuevas propuestas que incentiven el matrimonio y la fertilidad de la población… Pero estas razones no cubren un problema mayor: Las surcoreanas no quieren contraer matrimonio ni dar a luz. 


No al matrimonio

Finalizando el año 2023, la tasa de matrimonio bajó entre un 4,4 % y un 11,6 % frente a 2022 (Ahn Tae-ho, 2024); muchas son las razones por las cuales los jóvenes rechazan el rol tradicional de formar una familia. Las mujeres, especialmente, priorizan los estudios, su independencia económica y el deseo de evitar desigualdades de género asociadas al matrimonio y la maternidad, roles aún percibidos como una carga y obligación más que como una elección.

Gran parte de las mujeres surcoreanas rechazan la idea de casarse debido al escaso apoyo con el que cuentan en todos los aspectos de la vida, lo que implica el gran problema cultural en igualdad de género que poco a poco está solucionando el país, aunque no con el suficiente impacto. En el campo laboral surgen varias barreras: extensas jornadas, la participación obligatoria en dinámicas sociales como cenas que consumen tiempo y energía, e incluso la posibilidad de ser ”reemplazadas” de sus puestos en cuanto anuncian que se encuentran en ese estado. En el hogar la situación no es mucho mejor, la mayoría debe asumir todas las responsabilidades domésticas, lo que pone en la balanza, si formalizar una relación y casarse supondrá restricción o libertad. (Song Jung-a, 2024).


Respuestas del Estado

Por lo tanto, el gobierno ha implementado diversas estrategias, desde disminuir tanto los costos en el cuidado infantil como el tiempo de la jornada laboral (para este año se incluyeron a los niños por matrimonio mixto); ampliar el periodo de tiempo de la licencia parental pagada y establecer horarios de teletrabajo; además de la contratación de niñeras filipinas para ayudar con las cargas domésticas (Song Jung-a, 2024).


Actualmente, se implementaron incentivos no solo por tener hijos, sino también por casarse, incluyendo a los matrimonios internacionales dentro de los beneficiarios; -este último siendo objeto de críticas por fomentar prácticas cercanas a la “compra de esposas” y además de la falta de protección que enfrentan muchas mujeres extranjeras que en silencio sufren violencia doméstica-. Las ayudas son principalmente de carácter monetario, los gobiernos regionales ofrecen ayuda financiera directa que incluye pagos por asistir a citas, por el compromiso y la ceremonia de boda, para adquirir vivienda e incluido subsidios mensuales -algunos por cinco años-, el valor del monto varía dependiendo de cada gobierno local. 


Pese a los esfuerzos del Estado, gran parte de sus estrategias han sido fuertemente cuestionadas, ya que no abordan la raíz del problema: la falta de condiciones estructurales que permitan equilibrar la vida laboral y familiar. En lugar de generar cambios profundos, algunas propuestas terminan reforzando estereotipos de género o trasladando la responsabilidad de la crisis demográfica a las mujeres. Ejemplos especialmente polémicos han sido la propuesta de eximir del servicio militar obligatorio a los hombres que tuvieran tres hijos antes de los 30 años, o la idea de adelantar un año la escolarización de las niñas para facilitar futuras relaciones, bajo el argumento de que los hombres prefieren mujeres más jóvenes y las mujeres prefieren hombres mayores.


Aparte de los incentivos más controversiales por casarse y tener hijos; el gobierno surcoreano además de crear espacios para conocer e interactuar con potenciales parejas, también ha lanzado aplicaciones de citas, estas forman parte de la estrategia estatal pero que también nos demuestra hasta dónde está dispuesto a llegar el gobierno por dar solución a la crisis demográfica que encara el país.


A continuación, compartimos un video de la periodista y creadora de contenido JiniChannel, donde se analiza el auge de estas nuevas aplicaciones en Corea del Sur, diseñadas para conectar a personas con intenciones matrimoniales. Con un enfoque cercano que facilita el encuentro con personas de ideales iguales pero, que al mismo tiempo, amplía la brecha entre quienes no lo comparten:



A medida que Corea del Sur comienza a ver un leve cambio en la tendencia demográfica por primera vez en casi una década —con la tasa total de fertilidad proyectada en 0,79 para 2025, tras subir de 0,72 a 0,75 entre 2023 y 2024—, está claro que parte de las políticas del gobierno -en medio de sus controversias- están teniendo impacto. Durante el año pasado se dio también un récord de matrimonios, con un incremento del 14,9 %;  y el aumento en segundos hijos refuerza que algunos incentivos si han generado un cambio positivo de percepción hacia el matrimonio y la crianza, teniendo en cuenta los altos costos que estos conllevan (Jung Min-ho, 2025)


Sin embargo, muchas de estas estrategias no han abordado realmente la razón por la que los jóvenes rechazan la idea del matrimonio y a formar una familia: la presión social, la desigualdad de roles y la falta de autonomía. Como resultado, incluso en medio de estrategias de emparejamiento, las aplicaciones de citas se usan menos como medios para casarse y más como espacios para conectar con personas de ideas afines, con quienes poder expresarse sin ser juzgados, más que con intención de formalizar una relación. La búsqueda no se trata del amor, sino de la igualdad entre todos y la libertad de elegir cuándo, cómo y con quién vivir una relación.

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